sábado, 7 de junio de 2014

Calma chicha





Pasan los días y Boris sigue sin haberse dejado notar como se preveía por la zona. Boris es una tormenta tropical que venía del Pacífico e iba a campar por sus anchas por nuestro Istmo de Tehuantepec. Pero no. Boris nos ha dejado unas pocas lluvias y un permanente cielo cubierto pero no sabemos si eso responde a Boris o no. No sabemos mucho del tema. El jueves cerraron las escuelas como medida de preventiva y a alguno que otra nos pilló por las deterioradas calles de Ciudad Ixtepec saltando charcos bajo la esporádica e irregular lluvia.



Vivimos en una calma chicha muy mexicana. O no. No podríamos decir si en México se siente eso de la calma chicha. Boris y el tren están jugando con nuestra paciencia. Esperamos que llegue algo y ni viene ni deja de venir. Boris no se sabe si está, si viene o se va, y llevamos esperando el tren desde hace una semana. La calma chicha se convierte en nerviosismo tenso cuando esperas más de dos o tres días la llegada de La Bestia porque sabes que la próxima vez que aparezca vendrá más llena que de costumbre porque se va acumulando gente para montar en ella. Las últimas previsiones, de hace un par de días, indican que hay más de 2000 personas en Arriaga esperando montarse en ella. Pero claro, son previsiones de hace dos días y aquí el tiempo es oro y la calma chicha trastoca los planes.

 

¿Por qué no llega La Bestia? Se han dado circunstancias que indican mucho cómo funcionan las cosas entorno a ella. Descarriló cuando salió de Arriaga. Algo más habitual de lo que parece, por muy tremendo que parezca. La empresa que gestiona los trenes manda una grúa que remolca a La Bestia cuando descarrila y la vuelve a poner en funcionamiento. Ahora parece que la grúa también ha descarrilado. Es imposible aburrirse en México, sin duda alguna.



Todo estos son temas que pierden gracia contados desde lejos. Realmente son temas que no tienen gracia. Pero son temas de los que hablamos cuando la calma chicha se hace insoportable. Otro tema sería debatir porqué se llama Boris a esta tormenta tropical si casi todas tienen nombre de mujer, o si la grúa remolcadora de La Bestia se llama de alguna manera como casi todos los grandes aparatos que acometen obras o importantes movimientos funcionales. Esas cosas que pasan por la cabeza cuando la calma chicha no te deja pensar con claridad mientras llueve sobre mojado...





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