La noche del domingo al
lunes tembló la tierra por acá. Dicen que hubo un sismo de 6,9grados en la Escala de Richter con epicentro en Chiapas. Dicen,
porque yo no me enteré. Cuando desperté lo hablamos en casa. Luego
durante el día lo comentaba todo el pueblo y los habitantes del
albergue. Pero yo no me enteré. Dormía como, si se me permite el
desacertadísimo símil, un bendito. Supongo que llevo mucho tiempo
durmiendo un poco a ras de suelo y eso hace que no sienta ni
temblores tan importantes.
En ocasiones pienso en la
canción de La Cabra Mecánica en la dice que “siempre voy a dos
metros del suelo y tarareo”, pero eso ya salió en otra historiasobre pies y zapatos a lomos de La Bestia. Hoy no. Hoy todo versa
sobre la tierra temblando bajo nuestros pies. Sobre pies que no
apoyan bien en un lugar donde la vibración del tren que llega de
madrugada me despierta y altera siempre pero que pueden llegar a un
punto de no enterarse lo más mínimo de que un sismo ha hecho
temblar todo Ciudad Ixtepec y lo que contiene y le rodea. Incluido a
nosotras y nosotros.
Todo nos lleva, mareados
quizás por la falta de costumbre de no sentir los temblores bajo
nuestros pies que no son provenientes del paso de La Bestia, a
rescatar y valorar todos esos interrogantes que llevan tiempo
enquistados en nuestra cabeza.
¿Cómo podemos dormir
todas las noches?
¿Merece la pena hacerse
ciertas preguntas?
¿Por qué en el karaoke
que hemos ido alguna vez “Mediterráno” de Serrat va de ARGENTINA
hasta Estambul?
¿Esa sonrisa franca que
te muestra cariño oculta una vida teñida de sangre propia, y sobre
todo ajena?
¿Por qué aparece en la
letra de “Sin tu latido” de Aute en muchos karaokes “HAY
amor...” ?
¿Qué necesidad tiene
esta chica que acaba de llegar de decirnos que tiene 17 años cuando
evidentemente no llega a los 15?
¿Dejaremos algún día
de escuchar en nuestras cabezas “El ruido de tus zapatos” de La
Arrolladora Banda El Limón?
¿Es lícito valorar
desde nuestro punto de vista, totalmente alejado de cualquier
realidad aquí presente, si cometer un delito o perder la dignidad
para sobrevivir está bien o mal?
¿Estar aquí nos hace
mejores personas?
Esas preguntas que no
tienen, y que quizás no queramos que tengan respuestas. Esos
interrogantes que son producto de estar viviendo un poco a ras del
suelo, para no sentir los temblores de la tierra que hay bajo
nuestros pies, pero estremeciéndonos con el roce de La Bestia sobre
sus arcaicos y ajados raíles. Unos ajados y arcaicos raíles que la
han hecho descarrilar hace unas horas en la zona de Las Palmas. Un
descarrilamiento sin lesionados ni víctimas. Un descarrilamiento
bastante común en esta época de lluvias. Un descarrilamiento que
hace que la próxima vez que la oigamos llegar, sea de noche o de
día, venga mucho más cargada y nos despertemos con su llegada. Cosa
que no ha conseguido un sismo de 6,9 grados en la Escala de Ritcher.
No voy a contestar ninguna pregunta, pero me planteo si realmente
vivir un poco a ras del suelo es lo que debemos hacer o lo hacemos
porque no hay más remedio...
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