miércoles, 9 de julio de 2014

Tiembla la tierra bajo nuestros pies


La noche del domingo al lunes tembló la tierra por acá. Dicen que hubo un sismo de 6,9grados en la Escala de Richter con epicentro en Chiapas. Dicen, porque yo no me enteré. Cuando desperté lo hablamos en casa. Luego durante el día lo comentaba todo el pueblo y los habitantes del albergue. Pero yo no me enteré. Dormía como, si se me permite el desacertadísimo símil, un bendito. Supongo que llevo mucho tiempo durmiendo un poco a ras de suelo y eso hace que no sienta ni temblores tan importantes.





En ocasiones pienso en la canción de La Cabra Mecánica en la dice que “siempre voy a dos metros del suelo y tarareo”, pero eso ya salió en otra historiasobre pies y zapatos a lomos de La Bestia. Hoy no. Hoy todo versa sobre la tierra temblando bajo nuestros pies. Sobre pies que no apoyan bien en un lugar donde la vibración del tren que llega de madrugada me despierta y altera siempre pero que pueden llegar a un punto de no enterarse lo más mínimo de que un sismo ha hecho temblar todo Ciudad Ixtepec y lo que contiene y le rodea. Incluido a nosotras y nosotros.

Todo nos lleva, mareados quizás por la falta de costumbre de no sentir los temblores bajo nuestros pies que no son provenientes del paso de La Bestia, a rescatar y valorar todos esos interrogantes que llevan tiempo enquistados en nuestra cabeza.





¿Cómo podemos dormir todas las noches?

¿Merece la pena hacerse ciertas preguntas?

¿Por qué en el karaoke que hemos ido alguna vez “Mediterráno” de Serrat va de ARGENTINA hasta Estambul?

¿Esa sonrisa franca que te muestra cariño oculta una vida teñida de sangre propia, y sobre todo ajena?

¿Por qué aparece en la letra de “Sin tu latido” de Aute en muchos karaokes “HAY amor...” ?

¿Qué necesidad tiene esta chica que acaba de llegar de decirnos que tiene 17 años cuando evidentemente no llega a los 15?

¿Dejaremos algún día de escuchar en nuestras cabezas “El ruido de tus zapatos” de La Arrolladora Banda El Limón?

¿Es lícito valorar desde nuestro punto de vista, totalmente alejado de cualquier realidad aquí presente, si cometer un delito o perder la dignidad para sobrevivir está bien o mal?

¿Estar aquí nos hace mejores personas? 





Esas preguntas que no tienen, y que quizás no queramos que tengan respuestas. Esos interrogantes que son producto de estar viviendo un poco a ras del suelo, para no sentir los temblores de la tierra que hay bajo nuestros pies, pero estremeciéndonos con el roce de La Bestia sobre sus arcaicos y ajados raíles. Unos ajados y arcaicos raíles que la han hecho descarrilar hace unas horas en la zona de Las Palmas. Un descarrilamiento sin lesionados ni víctimas. Un descarrilamiento bastante común en esta época de lluvias. Un descarrilamiento que hace que la próxima vez que la oigamos llegar, sea de noche o de día, venga mucho más cargada y nos despertemos con su llegada. Cosa que no ha conseguido un sismo de 6,9 grados en la Escala de Ritcher. No voy a contestar ninguna pregunta, pero me planteo si realmente vivir un poco a ras del suelo es lo que debemos hacer o lo hacemos porque no hay más remedio...





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